De Cucufan a Cucufam
- Wicho Berdúo Rivas
- May 1, 2020
- 5 min read
1. El contexto de este álgido tema
Antes de iniciar este breve ensayo me di a la tarea de sondear entre mis amigos y conocidos lo que pensaban al respecto.
Les escribí literalmente: “Quisiera preguntarte: ¿Cuál es tu concepto de Cucufan?”. Tuve diversas respuestas. Me llamó la atención que varios me decían: “¿Sabes? son palabras que no uso, las siento peyorativas y no aportan nada a la Semana Santa”. Otros me expresaban lo que entendían etimológicamente respecto a la palabra; describieron cuál es el origen de esta: “Cucu (rucho) fan (ático)”.
Por otro lado, otros intentaron interpretarla desde las acciones que veían:
Personas que anteponen sus propios intereses antes que su Fe o Devoción.
Personas que visualizan los cortejos procesionales como eventos sociales y actúan como tal.
Personas que no viven tiempos litúrgicos, y que todo el año pasan en la dinámica de Cuaresma y Semana Santa.
Personas que no tienen vida sacramental, que su religión son las procesiones.
Sabemos que, estas expresiones como “Cucufan” o “Cucunazi” nacen en un ambiente coloquial, en situaciones hasta chuscas e incluso en son de broma. Pero como dicen los mayores en esos comentarios, “poco a poco la verdad se asoma”.
Este tipo de términos son usados de manera frecuente para describir y entender actitudes concretas, situaciones, comentarios, pero sobre todo, se utilizan para describir a aquellos a quienes según nuestro criterio publican en redes sociales de tal forma que cumplen con las características antes mencionadas.
El propósito de este ensayo finalmente no es definir palabras coloquiales o afirmar su sentido moral de si están bien o están mal. Sabemos que estamos en medio de una Pandemia, en medio de una situación que nos ha traído experiencias fuertes de cara a temas económicos, sociales y también espirituales. La idea es despertar la reflexión para que al terminar esta etapa volvamos a nuestras actividades con más de lo que teníamos: más tolerancia, más visión y más sentido de pertenencia.
2. La Zona de Confort Espiritual
Existen diversos tipos de procesos espirituales, los cuales son un conjunto de vivencias interiores que cada uno va experimentando; vivencias que, en el mejor de los casos, te hacen crecer. Aunque no siempre es así como veremos.
Cada persona puede convertir para si misma toda vivencia de Fe en una “Zona de Confort Espiritual”, es decir, que en la medida en la que nos negamos a hacer las rupturas necesarias que implica el crecimiento cristiano, nos vamos fabricando una propia religión, una propia forma de culto, y en ocasiones una propia imagen de Dios, con el objetivo de seguir viviendo a nuestra manera ese seguimiento cristiano, pero a la vez, mostrando que estamos cerca de Él. También sabemos que las redes sociales son un elemento clave en este círculo vicioso, porque son una ventana abierta a la expresión sin mayores restricciones, y se convierten en canales de salida y alimentan sentimientos e intenciones que en la mayoría de casos no corresponden a una vivencia cristiana o un seguimiento de Dios.
En conclusión, pareciera que también dentro de la Piedad Popular hay personas que no quieren entrar en la dinámica de un seguimiento a Cristo o una evangelización personal. Digo pareciera porque finalmente no lo sabemos.
“Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 20). Esto dice el evangelio respecto a la evidencia de las acciones de los seguidores de Jesús. Está claro que es Dios, a través del tiempo, quien va colocando cada proyecto, cada idea, cada expresión en el lugar que corresponde: cuando es de Dios da fruto. Amén de ello, es la misma Iglesia la que nos recuerda que el verdadero culto a Dios está en el interior de la persona: “Acuérdate de aquellos que se durmieron en la esperanza de la Resurrección, de cuya Fe Sólo Tú Conociste” (Oración Universal), así es que afirmar que una persona no tiene crecimiento espiritual o una vivencia de Fe, es algo un tanto arriesgado, porque si bien es cierto, los frutos aún no se ven, puede que el proceso se esté dando en el interior de la persona y no lo sabemos.
Si me preguntan a mi, bueno, diría que estas personas a las que llaman “Cucufan” son personas que están en constante búsqueda de respuestas, claro está, a través de vivencias y emociones que les llenen al menos en parte ese vacío existencial que parece van cargando. Si embargo, ojo, repito, están buscando respuestas: ¿Qué tanto seremos Luz, que tanto estaremos dispuestos a acompañar, a ser signo de esperanza, o que tanto seremos jueces y moralistas? Eso depende de cada uno también. Finalmente, diría sin temor a equivocarme -si es que existe el término- todos los Cucuruchos hemos sido Cucufan alguna vez.
Concluyo repitiendo con énfasis: esta Zona de Confort Espiritual se vive en diversos escenarios religiosos y no solo en la Piedad Popular, ojo.
3. A la Luz de la Fe
¿Será que estábamos cayendo en un “empacho espiritual”, y hoy en medio de esta Pandemia, Dios nos recordó el camino?; ¿Será que necesitábamos desapegarnos de algo que se había convertido en el contenido, cuando el contenido real está en la presencia de Dios Vivo y Resucitado?; ¿Después de esta situación crítica y dura que estamos viviendo, seremos más sensibles y conscientes respecto a nuestras celebraciones?; ¿Cuándo todo esto pase y volvamos a la “normalidad”, estaremos conscientes que la normalidad era uno de los problemas, y que necesitamos ser más humanos, tolerantes y solidarios?
Hagamos una lectura de los hechos a la luz de nuestra Fe: Dios ha cambiado una letra. Ha utilizado una M en vez de una N. De una forma realmente inesperada, nos colocó en una posición tal, que de Cucufan pasamos a Cucufam: Cucu (rucho) Fam(ilia).
Hemos vivido por primera vez en nuestras vidas una Semana Santa en el seno de nuestros hogares (a puerta cerrada), por momentos en medio de la desesperanza o el vacío, y por otros entre la fraternidad y la unión que solo la familia puede darnos. Dios lo quiso así, y al parecer, era necesario. Muy necesario.
Quizá Dios con esta situación histórica que estamos viviendo, nos ha recordado que la Piedad Popular (con todas sus tradiciones culturales, artísticas y sobre todo espirituales), es un conjunto de celebraciones que enriquecen la verdadera celebración, que enriquecen la Única y Gran Noticia: “¡Qué Jesucristo ha Resucitado y que Vive entre nosotros!”; y más allá, nos ha invitado como nunca a que nos dejemos tocar por ese Misterio, el más grande de los Misterios revelados por Él.
Y si, para dicho propósito, Dios nos ha remitido al origen, nos ha invitado a volver a casa, que es de donde todos venimos. Ahí con la familia, en el hogar es donde hemos dado nuestros primeros pasos en la Fe. ¿Será entonces un mensaje claro de Dios, que debemos nuevamente dar esos primeros pasos y recomenzar con nuevos sentidos y propósitos en todo aquello que nos caracteriza como miembros activos de la Piedad Popular?
Esa, es la principal reflexión, considero en este momento. Ojalá podamos, cada uno en su intimidad, analizar estas preguntas y reflexionarlas a la luz de la Fe.
N por M…. Sí, parece que eso necesitábamos….

Procesión de Lunes Santo en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala. (Jesús Nazareno de las Tres Potencias a su paso por el Palacio Nacional)
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